ARDE LUCUS 2014

Según los años van pasando así va creciendo la fiesta y  en cada edición los preparativos empiezan a realizarse antes. Este año, varias panaderías artesanales de la ciudad cocieron pan romano para Arde Lucus. La asociación provincial de fabricantes de pan de Lugo invitó a las tahonas (establecimiento en el que se elabora pan y otros productos hechos con harina) a que se sumasen a la iniciativa. Como bien explicó su presidenta, Guadalupe Gómez, elaboraron este pan durante todo el mes de junio para que todos pudieran degustarlo, tanto los foráneos como los visitantes. Este tipo de pan, además de ser vendido a particulares, es muy solicitado por algunos hosteleros para acompañar los menús romanos que ofrecen durante la fiesta y otros lo utilizan para las jornadas Ars Magírica.

La responsable de la patronal, que agrupa unas ciento veinte panaderías de las doscientas que hay en la provincia de Lugo, dijo que el sector estaba afrontando bien la crisis y que el pan de Lugo era uno de los mayores tesoros que tiene la ciudad y la provincia. De hecho, en esos días recibieron en reconocimiento a su labor el premio “Embajadores Lucenses 2014” de parte de la asociación provincial de empresarios de hostelería.

Durante el Arde Lucus las panaderías hicieron panes de la época romana y fueron elaborados con distintos ingredientes: centeno, maíz, miel, pasas, nueces, almendras e incluso dátiles. Se cocieron piezas de unos cinco kilos que se vendieron al peso y para la fermentación usaron la miel, que era el azúcar de los romanos.

La asociación provincial de empresarios de confitería y pastelería de Lugo puso a la venta el pastel oficial Arde Lucus. Este era un bizcocho cuyos ingredientes principales eran la miel y los frutos secos: almendras, nueces y avellanas. Esta receta fue una creación de la pastelería Mimos, que se inspiró en las tradiciones y costumbres culinarias de la antigua Roma. La receta se puso a disposición de todos los establecimientos de la asociación y estuvo a la venta todo el año. Al principio no era muy conocido, pero se esperaba que ese dulce se convirtiera en un postre imprescindible en todas las mesas durante  la fiesta  del Arde Lucus.

 

También quisieron sumarse al Arde Lucus la Academia Gallega de Gastronomía, y más en concreto, la vicepresidencia de Lugo. Quisieron recuperar siete recetas del Convivium (el arte de comer en Roma) para el uso de los restaurantes y de las familias por si querían utilizarlas en estas fiestas. La Academia Gallega tiene la categoría de corporación del Derecho Público, cuyos fines tienen un carácter científico, educativo y cultural.

Para que la realización de los platos resultase menos problemática se introdujeron varios productos gallegos como sustituto de los originales, ya que alguno de ellos era difícil de encontrar. Por otro lado, se actualizaron otros ingredientes que ya no se utilizan para cocinar o que simplemente hay otros mejores. Las recetas Arde Lucus fueron: Caldereta de jabalí, Pullus vardanus, Moretum, Tiropatinam, Patina de asparagis, Guiso de cerdo en mermelada de albaricoque y Cydonea.

Este año Cafés Candelas distribuyó azucarillos para promocionar la fiesta. La directiva de márquetin de la firma, María Díaz, junto a Carmen Basadre, presentaron esta iniciativa. Esta última nos contó que esto es un impulso para que se incremente la publicidad de Arde Lucus y que en esos momentos era fundamental la colaboración con otras entidades para dar a conocer todo lo bueno que tenemos y que atrae a tantos turistas a la ciudad. El hecho de que cualquier persona en Galicia pudiese recordar que en Lugo se celebraba una fiesta romana echando un azucarillo en su café era algo importante. Por eso, Cafés Candelas quiso hacer una edición especial de azucarillos que, por un lado, llevasen el logo de la Muralla romana del Ayuntamiento de Lugo, pero versionado con el nombre de Arde Lucus 2014 y, por el otro lado, una representación de banderas clásicas con imágenes propias de la época romana como: una moneda, un casco, un capitel y un emperador. De estos azucarillos se repartieron unos tres millones y medio por restaurantes de toda Galicia. María Díaz apuntó que con esta decisión de Cafés Candelas, que inició su actividad empresarial en Lugo, quisieron mostrar su apoyo a la ciudad que los vio nacer como empresa y su apoyo a iniciativas sociales y culturales que favorecen el consumo de la marca. También abogó porque la fiesta obtuviese la categoría de Interés Turístico Nacional.

El documental Arde Lucus, del director Brais Revaldería, siguió ganando premios dentro y fuera de España al mismo tiempo que contribuía a que la fiesta romana fuera conocida en todo el mundo. Este documental recibió entre otros 20 premios,  el premio a mejor director en lengua extranjera del Festival de cine de St. Tropez, el premio a mejor documental del Festival Internacional de Noia o el premio a la mejor película en Honor a la Lengua Española en el Festival Internacional de Cine de Madrid.

El programa de actividades culturales cada vez es más amplio. Este año incluyó la primera edición del Encuentro de Cidades Augusteas de Gallaecia, Astorga, Lugo y Braga (Portugal). Estas se realizaron en el museo Interactivo de la Historia de la ciudad (MIHL) y hubo exposiciones, conferencias y talleres. En ellas se dio a conocer cómo explotaban los romanos las minas de oro y los allí presentes pudieron incluso batear oro. La asociación Caetra Lucensis, junto a la asociación de Buscadores de Oro, pusieron recipientes con arena para que los participantes en este evento pudieran batear y, de paso, llevarse a casa las minúsculas partículas de oro que allí encontraron. También participaron en este encuentro los artesanos y hubo muestras de joyería, vestimenta y armamento, así como diferentes talleres a cargo de las asociaciones de romanos y de castreños. Aprovechando el evento se presentó una nueva asociación de recreación histórica: los Mercenarios Galaicos. En este mismo lugar se realizó la exposición “Féminas, as mulleres de Roma”, que se pudo visitar desde el seis de mayo hasta el veintinueve de junio.

En el balneario de Lugo hubo dos jornadas de puertas abiertas en las que se realizaron talleres y juegos y también hubo un ciclo de conferencias en las que se habló de distintos aspectos del mundo romano. Esto fue durante los días nueve, diez y once de junio.

La nube negra de este Arde Lucus fue la huelga de recogida de basura que se convocó justo para esas fechas, causando algunos quebraderos de cabeza y una considerable tensión entre las instituciones gubernamentales. Sin embargo, como toda nube, solo duró unas pocas horas. Era bien sabido que el Concello no tuvo la culpa de esta situación, pero el problema necesitaba de una solución. El gobierno local, en previsión de que esto no se solucionase, como así fue, concertó la intervención de una empresa pública.

El Arde Lucus de este año se celebró durante los días 13, 14 y 15 de junio. Una de las novedades con la que se inició la primera jornada fue la representación de la entrada de las legiones romanas al mando de general Caio Antistio “El Viejo” por el ya restaurado puente romano, que es una de las principales vías históricas de la ciudad. Las tropas invasoras formadas por más de un centenar de soldados romanos procedentes de las asociaciones Cohors III Lucensium y Cohors Lucensium Praetoria atravesaron el puente con sus armas y sus estandartes ante el público allí congregado.

Mientras, en el centro histórico de la ciudad amurallada, al fondo de la plaza Mayor, se escuchó el redoble de los tambores que anunciaban a los soldados de la Guardia Pretoriana, la fuerza militar destinada a proteger al emperador y a su familia. Sin embargo, este caso era distinto, ya que tenían que proteger al Senado y al alcalde, que llegaban con buenos augurios al centro histórico de la ciudad. Acto seguido y después de dar la bendición, el mandatario y la comitiva reiniciaron la marcha que los llevó a recorrer el macellum, siempre acompañados por la música de las gaitas. Allí pudieron ver desde afilados gladios hispanos, ballestas y arcos hasta piedras preciosas, esencias o especies y un sinfín de productos que los cautivaron. El cortejo siguió avanzando entre la multitud hasta llegar a la Castra y allí pudieron ver que se habían recuperado del incendio sufrido el año anterior. La seguridad se había reforzado (con mangueras y más extintores) y se había abierto otra vía de acceso aparte de la que ya había. Las asociaciones que allí convivieron se mostraron muy ilusionadas y con muchas ganas de compartir con todos el trabajo que habían realizado durante todo el año. La asociación Tir Na N’og, una de las más perjudicadas por el fuego, vino este año con más ganas que nunca y nos mostraron la forma de vida de los castreños de las regiones mariñanas, desde los núcleos familiares tradicionales hasta sus basurales y concheras, pieza clave para desentrañar muchos de los enigmas de su sociedad.

Este año, Carmen Basadre anunció que se creó un nuevo grupo de recreación histórica basado en las Vestales, que eran sacerdotisas públicas y constituían una excepción en el mundo sacerdotal romano que estaba compuesto fundamentalmente por hombres. Su principal responsabilidad era la de mantener encendido el fuego sagrado del templo de Vesta en el foro romano. Los talleres se realizaron en los primeros meses del año y la participación en ellos implicó el compromiso de participar en todas las representaciones derivadas de este taller durante el Arde Lucus 2014.

En esta edición hubo asociaciones que realizaron actividades específicas para miembros de otras organizaciones como fue el caso de Caetra Lucensium, que llevó a cabo una serie de actividades en su campamento para los miembros de la ONCE durante la segunda jornada de la fiesta. Como contó Manuel Guitar, miembro de dicha asociación, se hicieron grupos reducidos y todas las personas con discapacidad visual pudieron conocer y participar en los diferentes talleres que iban a hacer como el de acuñación de monedas, el de armamento, el taller de escritura en papiro y cera o el taller olfativo para distinguir los distintos platos de comida romana. El objetivo de todo esto es mostrarles todo lo que hacían y que ellos pudiesen experimentar con los otros sentidos las diferentes actividades que llevaron a cabo durante la fiesta.

Esta asociación también creó un censo con nombres romanos y todas las personas que los visitaron, fueran foráneos o locales, tuvieron la oportunidad de adquirir la ciudadanía romana. Esta asociación, como en ediciones anteriores, pretendía dar a conocer distintos aspectos de la sociedad romana. En este caso fue la elaboración de la tabulae publicae census (el censo de los ciudadanos romanos, es decir, el registro público). La iniciativa fue presentada durante la celebración del primer Encuentro de Ciudades Augusteas. Para la ocasión crearon un libro con un centenar de hojas de papel de pergamino y tapas de cuero y en él quedaron inscritos con su nuevo nombre romano todos los que quisieron hacer el trámite civil y obtener la ciudadanía.

Por otro lado, estuvo la asociación Terra Cópora, que colaboró con la Federación de personas sordas y la sección juvenil de Asorlu. Todas las personas que participaron de esta asociación pudieron hacer una visita guiada por el campamento de este colectivo siempre acompañados por un intérprete. En esta visita les explicaron todas las actividades que allí se hacían como fue los diferentes procesos textiles que usaban, pudieron ver también un taller de joyería y el hospital militar de campaña y hacer actividades en ellos.

Este colectivo hizo este año un mosaico gigante. Ana Saulo, miembro de esta asociación, dijo que se trató de un mosaico de ochenta por ochenta, que estuvo instalado en su campamento y que se hizo con azulejos elaborados por ellos, pero que estos serían colocados por las personas que fueron a visitarlos. El resultado final fue una pieza que representaba al mosaico original que apareció en la Domus Oceani y, una vez finalizada la fiesta, se sorteó a través del Facebook de Terra Cópora entre todos los que subieron una foto en las que se ve su aportación para realizar el mosaico. Los primeros que colocaron sus azulejos fueron los niños y niñas de diferentes colegios de Ferrol y Lugo, ya que el primer día del Arde Lucus fueron a visitar el campamento.

Y llegó la segunda jornada del Arde Lucus y con ella el desfile de las legiones romanas y de las tribus castreñas alrededor de la muralla. Por primera vez, se juntaron unas ochocientas personas procedentes de las asociaciones que configuran el Arde Lucus y las tropas que vinieron de Portugal y otras zonas de España a visitarnos. Encabezando la marcha iban las fuerzas de seguridad, el magistrado Paulo Fabio Máximo con los gladiadores y las edilas Carmen Basadre, Rosana Rielo y Ana González. Seguidamente pasaron todas las asociaciones y grupos que participan en la fiesta: la Cohors III Lucensium, los gladiadores italianos  Ars Dimicandi, la Cohors Lucensium Praetoria, Leg-VII Germánica, los Hoplitas libios de Cartago (de Carthago Nova), Lugdunum, Tir Na N’oG, Civitas Lucensis, Cohors Gall, Terra Cópora, los sorianos de Tierraquemada, Trebas Galaicas, los astures de Carabanzo de Lena, Lucus Équites (con el acompañamiento de la sección Ars Musicae, formada por gaitas y panderetas), Mercenarios Galaicos, Guerras Cántabras, Cívitas Limicorum (Orense), Salesiani Luci Augusti, la asociación de Astures y Romanos (Astorga), Leg VI Viatrix. Nunca había sido más visible la muralla romana, símbolo de la identidad de la ciudad de Lugo y de sus ciudadanos.

Una de las asociaciones más implicada en recrear el mundo romano fue la guardia pretoriana del colectivo la Cohors Lucensium Praetoria. Fueron vestidos con sus uniformes de legionarios y realizaron un sinfín de actividades durante la fiesta, como las exhibiciones de lucha donde enseñaron cómo habían sido los orígenes de esta especialidad deportiva tan popular y atemporal. La lucha fue probablemente uno de los deportes más antiguos del mundo. Las primeras informaciones que se tienen se remontan a la civilización de los sumerios. Los romanos la practicaban durante su preparación física y el emperador Augusto le dio un gran impulso en los diferentes juegos deportivos de la antigüedad y con Nerón alcanzaron su esplendor.

Esto lo conoce bien la Cohors Lucensium Praetoria, ya que entre sus socios hay un campeón de España, Yago Díaz y un campeón de lucha libre, José Cuba. Ellos mostraron cómo se realizaban los combates y también que se puede complementar la competición y el deporte con otros valores. José Cuba nos recordó que prácticamente en todas las civilizaciones existió este deporte y se han mantenido modalidades que tienen rangos comunes como, por ejemplo, los agarres. A partir de ahí han ido evolucionando y ha sido uno de los deportes más practicados en todo el mundo. Sus exhibiciones suelen ser espectaculares e implican mucho esfuerzo y así se lo demostró la Cohors a todos los pequeños que fueron a verlos y que durante unas horas disfrutaron conociendo este tipo de deporte. Muchos salieron muy convencidos de querer practicarlo.

Este colectivo también recreó el hermanamiento entre ellos y los soldados de la asociación de lanceros Hoplitas Libios de Cartago Nova. El pacto entre ambos se había realizado durante las fiestas murcianas de Carthaginenses y Romanos en el año 2013. Y aquí en Lugo, en la plaza Pío XII se ratificó esta alianza histórica entre las dos asociaciones. Finalizado el desfile, dos representantes de cada colectivo ejecutaron el hermanamiento con el intercambio de presentes. El general romano entregó una columna votiva (combinación de una columna y una imagen votiva, ofrecida por promesa o voto generalmente de carácter religioso) y, a cambio, los mercenarios les entregaron una falcata (espada de filo curvado originaria de la iberia prerromana) como muestra de amistad. Se cree que tiene sus orígenes en los cuchillos en forma de hoz de la Edad de Hierro y que fue introducida en la península Ibérica por los Celtas, lo cual distingue a su ejército.

Las razones por las que se realizó este concordato entre los ejércitos se remontan a la fiesta de Cartagineses contra Romanos, una celebración de recreación histórica de características similares al Arde Lucus y que se celebra el último domingo del mes de septiembre desde el año 1990 en Cartagena y a la que estuvo invitada la Cohors Lucensium Praetoria en 2013. Para ellos esta era la primera vez que estaban en la fiesta y se esperaba que esos encuentros se siguiesen realizando entre ambos colectivos. Los lanceros Hoplitas Libios son guerreros de infantería pesada, armados con lanzas lacadas en negro y con hoja acanalada por ambas caras, escudo (hoplón), coraza, casco etrusco, armadura, espada y greba. Su insignia son dos serpientes enfrentadas en arco que dan cobijo a un sol naciente bajo el cual camina el elefante africano de los Bárcidas.

La Cohors III Lucensium presentó su moneda. Este año fue un sestercio de bronce del año 68 d. C., y que estuvo en curso durante el breve periodo de mandato del emperador Servio Sulpicio Galba y que transcurrió entre junio del año 68 d. C. y enero del año siguiente. Eligieron esta moneda por la significación que tuvo este como gobernador de la provincia Tarraconense de Hispania y su labor como creador de la Legión XII Gémina, núcleo del que proviene la Cohors III Lucensium. En el anverso se puedo ver la figura del emperador, mientras que en el reverso estaba el reflejo de la diosa Victoria armada con escudo, lanza y casco y descansando junto a un jabalí. De esta moneda se acuñaron seis mil piezas que durante la fiesta se encontraron a la venta al precio de dos euros. Asimismo, este colectivo hizo una pulsera que llevaba incorporado un denario romano en honor al dios Jano y que estuvo en curso entre el 110 d. C. y el 108 d. C.

Una novedad de este año fue el espacio para “The Place of the Ornatrix”, en el que los peluqueros de Lucus Augusti realizaron peinados de época a todos los que quisieran hacérselos y se acercasen al tramo de la muralla.

El último día de la fiesta, ya pasadas las diez de la noche, las tropas romanas y las tribus castreñas firmaron un acuerdo de paz histórico después de tres días de duros enfrentamientos. Así se daba por finalizada esta edición lúdica del Arde Lucus que, según el Concello, tuvo más público que ningún otro año. A este simbólico acto no se pudo resistir a venir, el César que había llegado recientemente de Roma. Una vez que fue testigo de que el pacto fue realizado decidió retirarse a sus aposentos pues el viaje le había resultado agotador. El acuerdo que allí se firmó permitía a ambos bandos vivir en paz en la ciudad de Lugo, por lo menos hasta el año que viene.

Las asociaciones que se unieron este año fueron:

La Guardia Pretoriana, que fueron los soldados de élite del imperio y estaba destinada a proteger al emperador y a su familia, a los senadores, a suprimir disturbios y a desarticular complots. Destacó su campamento en la Plaza de San Marcos, junto a la Diputación. En él se recreaba una domus lucense, con un patio porticado y en él exponían armas de todo tipo. Ellos también sobresalían fuera de la Muralla, pues muchos eran medallistas de judo y también había un campeón de España en lucha libre.  La Guardia Pretoriana mostró qué inestable es la cuerda sobre la que se sostiene un gobernante autoritario en el poder, salvaron la vida de tantos emperadores como a los que se la arrebataron, pero nunca han dejado de sorprender al público con sus desfiles, combates, cambios de guardia y con el mítico asedio al monte Medulio. Estuvieron instalados en la Praciña da Universidade.

Los Mercenarios Galaicos son una asociación de castreños que se encargó de representar la vida cotidiana de estos pueblos y, aprovechando la prohibición que tenían para entrar en la ciudad, instalaron su campamento extramuros y de esta manera abrieron la fiesta Arde Lucus a los barrios de fuera del centro histórico. Ellos decidieron recrear a los galaicos, ya que esta figura no estaba representada en la fiesta y también por el interés en la Segunda Guerra Púnica, cuando el general Aníbal se sirvió de mercenarios galaicos para conquistar el norte de Italia. Estuvieron instalados en la calle Soto Freire.

Salesiani Luci Augusti estaba conformada por padres, profesores y alumnos del colegio Divina Pastora-Salesianos y era el más numeroso del Arde Lucus. Ellos llevaban participando en la fiesta desde el año 2006. Durante todo el año este colectivo realizó talleres relacionados con el mundo romano y también realizaron salidas culturales. Este año, por ejemplo, fueron a la Domus de Mitra. En el mes de mayo realizaron una exposición en la que participaron todos los miembros de la comunidad educativa. Este año se llamó “A nosa Muralla, pedra a pedra”. Este colectivo realizó una particular coreografía de soldados, gladiadores y patricios en la plaza Pío XII.

El Concello expresó su agradecimiento a los ciento diez establecimientos del casco histórico que colaboraron económicamente con cuatro mil cuatrocientos sesenta euros para el Arde Lucus 2014. Con estos fondos se pagaron tres actuaciones de la fiesta: el Fauno, la fundación Anade y Sons da Suévia. A todos los locales que colaboraron se les entregó unas insignias, también en versión digital para que la pudiesen incluir en sus redes sociales o en sus páginas web.

Dice el refranero, que no hay rosas sin espinas y tampoco hay Arde Lucus sin quejas. En este caso, los usuarios en las redes sociales se quejaron del trato que recibieron en algunos establecimientos, donde los menús de diario desaparecieron y todavía no se sabe dónde están. Solo se podía acceder a un menú predeterminado. También hubo quejas de la subida en los precios de las consumiciones.

Otra edición que dice adiós en espera de la siguiente que de nuevo os dará la bienvenida.

De gustibus et colon bus non est disputandum (Sobre gustos y colores no cabe disputa o como se diría ahora, no hay nada escrito).