ARDE LUCUS 2006

Este año el Arde Lucus se celebró durante los días 16, 17 y 18 de junio. Unos días antes la concejala de Juventud, Rosana Rielo, adelantó que este año habría algunas novedades. La edila anunció concursos para premiar a los grupos de formación de legiones, de elaboración de casetas romanas y celtas y también, de decoración de fachadas y balcones. En cada apartado hubo dos premios, el primero fue de 500 euros y el segundo de 300 euros. Este año también se expidió una invitación a la alcaldesa de Cartagena, Pilar Barrero, municipio murciano donde se organizaba una fiesta similar al Arde Lucus lucense. El día 11 de junio se inauguró en el Uxío Novoneyra una exposición sobre la vida de la ciudad en la época romana.

Los talleres de confección de trajes romanos, que estuvieron funcionando todos los sábados por la mañana en el centro Uxío Novoneyra, ampliaron sus horarios las últimas semanas antes de la fiesta, de manera que los martes y jueves por la tarde también estuvieron operativos. Se repartieron unos 6.000 metros de tela. Las tres modistas y diez monitores trabajaron a un ritmo frenético los días anteriores al evento para poder atender a las más de trescientas personas que cada jornada se acercaban hasta allí para hacerse los trajes. Ya el miércoles, a dos días de la celebración, se había acabado la tela blanca, la de polipiel y todos los materiales para los trajes celtas y  los trajes de mujer de moral distraída. Para las modistas fue un no parar, mientras una cortaba a toda velocidad, otra decía que incluso cortaba algunas veces dos trajes al mismo tiempo. El ritmo de trabajo fue en aumento según iba acercándose la fecha. Para cada persona hubo disponible entre uno y tres metros de los doce rollos de telas de colores disponibles. Las colas de los vecinos que aguardaron tela en mano por su turno para entrar llegaban por momentos hasta las escaleras del centro social. Muchos de ellos repitieron como participantes en los concursos del Arde Lucus.

La fiesta Arde Lucus comenzó el viernes dieciséis de junio y de nuevo las calles de la ciudad volvieron a rememorar su pasado romano. La llegada de esta celebración levanta cada año gran expectación entre sus seguidores y esto queda plasmado en las más de mil quinientas visitas que se realizaron a la página web: www.ardelucus.com. También se creó una revista de treinta páginas en color de las que se repartieron de forma gratuita más de cinco mil ejemplares. En ella se recogieron todas las actividades que se realizaron durante los tres días de fiesta, así como las explicaciones de su origen. El Concello, junto con más de dos mil voluntarios, ya estaban preparados para el comienzo de los festejos a primera hora de la tarde. Todos ellos fueron de vital importancia en el desarrollo del programa porque todos tuvieron un papel fundamental como actores en el evento.

La primera actividad programada para este día fue a las cuatro y media de la tarde y era el tradicional desfile de los participantes en los concursos y la entrega de premios. Esta fue realizada por la edil Rosana Rielo, vestida para la ocasión con un elegante traje de dama romana y acompañada en todo momento por el César, encarnado por el edil de Infraestructuras, José Piñeiro. Sobre las seis de la tarde, en la plaza de La Soledad, fue la inauguración del Macellum (mercado) por la periodista de El Progreso, Ángeles Maira, elegida Civis Honoris del Arde Lucus de ese año y que estuvo acompañada por Rosana Rielo y José Piñeiro.

Ella destacó el origen histórico de los mercados como centros de intercambio no solo de productos, sino también como auténticos foros para los ciudadanos donde intercambiar ideas y opiniones de temas o noticias de interés común. A partir de este momento el centro de Lugo empezó a transformarse en lo más parecido a un imperio. En el macellum romano se ofertaron una gran variedad de productos, desde los típicamente artesanales hasta quesos y embutidos o hierbas medicinales. Aunque no tenían boticas, a los romanos no les faltaban remedios con los que curar cualquier tipo de mal. Por ejemplo, usaban la raíz del traidor para curar heridas, quemaduras y todo tipo de mal cutáneo. También se podían comprar hierbas para adelgazar, para el ácido úrico, para las alergias, la próstata y como no, para el estrés. No faltaron tampoco los puestos de artesanía gallega y también de Argentina, los juegos de ingenio de Albacete, los libros en miniatura de Perú, las antigüedades de Portugal y una selección de la más variada repostería árabe y objetos de cera o cristal. Uno de los puestos que más destacó fue el del vidrio reciclado de Valencia. El artesano mostró al público cómo hacer una botella ornamentada fundiendo el cristal sobre un hierro candente en un horno improvisado. En su taller utiliza cristal de composición. El color se consigue a base de todo tipo de óxidos: con oxido de cobalto, el azul y con oxido de cromo, el verde y así sucesivamente. Su trabajo provocó gran expectación entre las personas que se habían concentrado en su puesto. También se pudo degustar pulpo en uno de los puestos.

La legión integrada por siete soldados (que estaba formada por especialistas de cine) ofreció en la misma plaza una demostración de la disciplina del antiguo ejército romano con una instrucción militar que dio paso al desfile que fue encabezado por una biga hasta el campamento. Entre malabares de mazas, cuchillos afilados, zancos, monociclos y la percusión de tambores y timbales, un centenar de personas acompañaron a los artistas hasta el lugar (el campamento, en el que se instalaron cuatro tiendas, estaba frente al Carril das Estantigas), donde escenificaron detalles de la más austera vida castrense. El entrenamiento de los lanceros a caballo, de los arqueros, de los soldados con espadas, la instrucción en el paso marcial fue del agrado de los allí presentes. Durante el resto de la tarde hubo bautizos y bodas celtas y, a medianoche, en el jardín posterior del hospital Nosa Señora dos Ollos Grandes, se celebró una de las novedades de este año, el asalto a la muralla romana de Lugo, declarado Monumento de la Humanidad, por parte de las tropas celtas y donde el público pudo combatir del lado romano o del celta. La bacanal, a cargo de la asociación Alas, también fue cambiada para esta noche. Y aunque el tiempo no acompañó en algunos momentos del día tampoco fue un obstáculo para las actividades que estaban programadas y que consiguieron atraer a un numeroso público.

 El sábado, la apertura del campamento fue el pistoletazo de salida para un día en el que no había tiempo para aburrirse pues había un sinfín de actos y actividades programados a lo largo de toda la jornada. A las cinco de la tarde las puertas de la muralla se convirtieron en fronteras, todo el que quería acceder al centro histórico debía registrarse. Para ello debían responder a las preguntas que les formulase algún centurión romano. De esta manera, los que acertaban eran premiados con un documento que les permitía ir a un registro por el que pasaban a tener la condición de ciudadano, mientras que todos aquellos que erraban en sus respuestas se tendrían que conformar con acceder al centro histórico de la ciudad como simples visitantes. A las cinco y media de la tarde tuvo lugar uno de los actos más significativo del Arde Lucus, el pregón en la plaza Mayor, que fue dado por el César (el edil José Piñeiro, debidamente caracterizado para el evento) que honró con estas palabras a la ciudad: “ Esta é a primera cidade de Galicia, e estes días é nova, porque se acaba de fundar. Pero de aquí a dous mil anos esta festa seguirase celebrando, e sempre será nova”. El pregón dio paso al nombramiento de los principales personajes del Arde Lucus: Domina Urbis- la edil de Muller e Benestar social, Carmen Basadre.

El dios Baco, las diosas Ceres, Diana y Juno, décimo Xuño Brutus, la diosa Minerva, los jefes celtas y la periodista de El Progreso, Ángeles Maira a la que Abel Vilela le entregó el título de Civis Honoris de este año. Maira animó en su discurso a todos los lucenses a que hicieran gala del orgullo que sienten por su ciudad. Mas tarde, se celebró un desfile en el que varios grupos mostraron sus trajes de época, algunos iban de celtas y otros de romanos y había gente de todas las edades. Esta exhibición de inauguración y humor contó con la participación de la asociación de Xinzo de Limia, que desfilaron ataviados con las vestimentas de su popular “Festa do Esquecemento”.

Más tarde se pudo ver la actuación del circo romano, que estuvo instalado en el Pabellón Municipal, en cuya explanada se instalaron gradas para poder disfrutar del espectáculo. También se representó la obra “A Profetisa” a cargo del grupo de teatro Nova Escena en la Plaza de O Cantiño y no podemos olvidarnos de la cena romana que se realizó en la plaza Mayor, en donde los asistentes tenían que ir vestidos de época.

Este año no hubo quema de la fachada de la catedral, en su lugar, a medianoche ardió una réplica de la muralla, que ese año fue trasladada al primer bancal del parque de Rosalía. Las actividades se sucedieron hasta bien entrada la madrugada. Se realizó la venta de esclavos y para la subasta fueron repartidos billetes romanos entre el público. La noche se dio por finalizada con un concierto de arpas sobre las cinco de la mañana.

El domingo fue el último día para disfrutar de la fiesta romana y el buen tiempo que lució en esta jornada realzó todas las actividades que se celebraron. La edición de este año finalizó con un número de instrucción militar por las calles de la ciudad, sobre las nueve de la noche y con el espectáculo “Deuses” a cargo del grupo Hipócrita Teatro, que fue a las once de la noche.

En este Arde Lucus hubo quejas por parte de los hosteleros del casco viejo por no poder abrir puestos en la calle y sí permitírselo y dar facilidades a gente que venía de fuera de Lugo. Por ello, el viernes cerraron sus establecimientos y se concentraron durante unos quince minutos en la plaza del Campo para criticar la falta de diálogo del Gobierno local. Otra de las quejas que tuvieron es que en esta edición no se adornaron las calles del casco histórico, que es el Lugo romano, y tampoco vieron con buenos ojos que se realizaran actos fuera del recinto amurallado.

Cheché Real, presidente de los hosteleros lucenses salió al paso de los rumores de malestar entre el gremio por la instalación de dos casetas. Real dijo que se había notificado a todos los hosteleros las dos reuniones que había convocado la asociación con el Concello para poder hablar de la posibilidad de instalar barras en la calle, pero a estas reuniones acudieron los seis de siempre. Él remarcó que la variedad de posibilidades atrae más público y a más turistas a la ciudad y permite a los hosteleros aumentar la caja en el Arde Lucus, por lo tanto, sería bueno que hubiera más participación y menos quejas.

Rosana Rielo dijo que ellos son de los más favorecidos con esta fiesta y que la innumerable gente que paseó esos días por las calles consumieron en sus establecimientos, pero que a la hora de colaborar con la financiación de la fiesta se hacen los suecos. La concejala se mostró muy agradecida por toda la colaboración ciudadana y por las empresas que colaboraron y patrocinaron el evento. Como balance de este Arde Lucus se pudo asegurar que se trata de una fiesta totalmente consolidada, que cuenta con un considerable número de seguidores, que año tras año, ya son fieles a cada edición que se realiza.

Arde Lucus beneficia a la ciudad y a sus habitantes, no solo económicamente, sino en general, porque saca a la gente a la calle y, por supuesto, atrae a un gran número de visitantes que la dan a conocer. Lugo retorna de nuevo a su día a día y recupera esa normalidad con la firma de un convenio entre la Consellería de Cultura, la Universidad de Santiago de Compostela y el Concello de Lugo para la puesta en valor del mayor legado de la ciudad: la muralla y el resto de los hallazgos arqueológicos.